martes, 2 de diciembre de 2008

Juez precavido

Los abogados nunca deben preguntar a los testigos sobre algúntema que no sepan cual será la contestación que recibirán.

Así, por ejemplo, en un juicio en un pequeño pueblo del sur delos Estados Unidos, el fiscal llamó a su primer testigo; una señora con algunos años. Se acercó a la testigo y le preguntó:

- ¿Sra. Pérez, Usted me conoce?....

Ella respondió:- Por supuesto que te conozco. Te conozco desde que eras niñoy, francamente me has desilusionado. Tú mientes, engañas a tuesposa, manipulas a las personas y hablas mal de ellas a susespaldas. Te crees una gran persona cuando no tienes la inteligencia suficiente ni para ser un barrendero. Si, por supuesto que te conozco.

El abogado quedó pasmado sin saber que hacer.

Después de pensar un poco señaló al otro extremo de la sala ypreguntó:

- ¿Sra. Pérez, conoce Usted al abogado defensor?

Ella contestó:- Por supuesto que sí. También conozco al abogado defensordesde que era un niño. Es flojo, tiene problemas con la bebida,no puede tener una relación normal con nadie y como abogadono sirve. Ah, además engaña a su esposa con tres diferentesmujeres, una de las cuales es su esposa, Sr. Fiscal. ¡Claro que loconozco!

El abogado defensor quedó en completo estado de shock.

El juez, entonces, pidió a ambos abogados que se acercaran alestrado y con voz muy tenue les dijo:- Si a alguno de los dos se le ocurre preguntarle a la vieja si meconoce, ¡¡les juro que se pudren en la cárcel!!

Ladrón inteligente

El señor juez, resumiendo lo que pasó:- Entonces, después de entrar en la casa y robar 20.000 euros, regresa y coge los cuadros y las joyas de la familia, ¿verdad?...- Sí, fue cuando me puse a pensar que el dinero por sí solo no da la felicidad.

Acusado entusiasta

El juez ordena muy molesto:- ¡Silencio en la sala!, les advierto que al que vuelva a gritar "abajo el juez" le pongo en la calle...- ¡Abajo el juez!- La advertencia no es para el acusado